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Esta facilísima Empanada de Soja Texturizada es tu mejor aliado para ir de excursión

Puedes usar soja texturizada, tofu, seitán, ¡o incluso lentejas! Al final lo único que necesitas es la base de pisto y la masa de empanada.

Como persona con raíces gallegas (por parte materna), la empanada siempre ha sido una de mis comidas favoritas, siendo la ganadora por excelencia la de carne y, en segundo lugar, la de zamburiñas. Había algo que me encantaba de encontrar los trozos enteros de ternera melosos entre la cebolla muy muy hecha en la empanada fría del día anterior que hacía que fuera de mis sobras favoritas para desayunar.

La cuestión es que con los años dejé de ir a Galicia y lo único que me queda de esa empanada es el recuerdo, y la tuve que sustituir por la empanada que se hace en Murcia, que es mucho más pequeña de tamaño y de atún con pisto. También me gusta muchísimo, pero no tiene nada que ver, claro… El pisto de la empanada murciana se hace con cebolla, pimiento, huevo y muchísimo tomate frito, que es lo que más me gusta.

La idea de esta empanada es combinar las dos cosas que más me gustan de las dos empanadas: el sabor del tomate frito muy hecho con la cebolla y el pimiento; y el placer de encontrar los tropezones de carne (heura, en este caso). En realidad el relleno se puede adaptar de muchas maneras y es la misma base que utilizo en mi receta de macarrones boloñesa, solo que en este caso prefiero usar más soja texturizada que tofu y me gusta que quede más espeso para que no quede demasiado blanda la empanada.

Otra cosa importante que debería mencionar es que lo ideal es realizar el relleno el día antes o, al menos, con 6 horas de antelación y dejarlo en la nevera; ya que así da tiempo a que todos los sabores reposen y espese lo suficiente para poder introducirlo en la empanada.

A la hora de elaborar la masa, suelo utilizar la panificadora del lidl de mi madre para que me haga el trabajo de amasado. De todas maneras, no es un masa difícil de trabajar y creo que cualquiera puede hacerla, así que eso no debería ser un inconveniente.

Empanada de soja texturizada

Ingredientes
Para la masa:
  • 500 g de harina
  • 150 ml de agua
  • 100 ml de aceite de oliva
  • 50 ml de vino blanco
  • 40 g de levadura fresca / 6 g de levadura seca
  • 1 cucharadita de sal
Para el relleno:
  • 1 cebolla
  • 1 diente de ajo
  • 2 zanahorias
  • 1 pimiento rojo
  • 50 g de heura
  • 250 g de soja texturizada
  • 1/2 vaso de vino tinto
  • Salsa de soja
  • Jengibre en polvo
  • Orégano
  • Tomillo
  • 2 hojas de laurel
  • 1/2 cda. de miso blanco (opcional)
  • Pimienta
  • Sal

Elaboración del relleno

  1. Como he mencionado antes, lo primero es realizar el relleno con antelación. En primer lugar cortamos la cebolla en daditos y la echamos en una sartén caliente con aceite de oliva y un diente de ajo ya pelado y picado. Echamos sal y pimienta y dejamos que se haga a fuego medio, removiendo de vez en cuando.
  2. Inmediatamente después, pelamos y cortamos la zanahoria en trocitos pequeños y la añadimos a la sartén, ya que tarda bastante en hacerse.
  3. Mientras tanto, podemos lavar, pelar y cortar el pimiento rojo en trocitos pequeños. Una vez que la cebolla empiece a ponerse transparente, echamos el pimiento y las dos hojas de laurel.
  4. Dejamos que se haga el pimiento hasta que empiece a ponerse blandito y subimos el fuego, aquí es cuando podemos echar un chorrito de salsa de soja y el medio vaso de vino tinto. Subimos el fuego para que se evapore el alcohol durante un minuto.
  5. A continuación podemos echar la soja texturizada y bajamos el fuego para que no se nos queme. Removemos todo bien para que se impregne de los sabores de la salsa. Retiramos el laurel y echamos el jengibre, el tomillo y el orégano.
  6. En el momento en el que la soja empiece a dorarse es cuando podemos echar la heura desmenuzada junto al tomate frito y la media cucharada de miso, si tenemos, y dejamos que termine de hacerse todo junto unos minutos más.
  7. Una vez que la mezcla esté melosa podemos retirarla del fuego y, una vez que se enfríe, guardarla en la nevera para introducirla en el relleno más tarde. Recomiendo realizar el siguiente paso al día siguiente.

Elaboración de la masa

  1. En un bol, echamos primero los ingredientes líquidos: 150 ml de agua, 100 ml de aceite y 50 ml de vino blanco. A continuación incorporamos los ingredientes secos: 500 g de harina, la levadura y la sal. Si vamos a usar la panificadora, podemos realizar la mezcla en el recipiente de la misma y comezar un programa de amasado de 15 minutos. En caso de no tener panificadora, lo único que tenemos que hacer es mezclar la masa con nuestras manos, haciendo una bola e incorporando los ingredientes secos con los líquidos poco a poco, con movimientos suaves y circulares, de manera que quede todo uniforme. 
  2. Cuando la masa sea una bola homogénea o haya terminado el programa de amasado de la panificadora, podemos colocarla en un bol previamente engrasado con aceite de oliva y taparla con un paño de cocina. Este es el proceso de levado y se realiza con la finalidad de que la masa crezca con el poder de la levadura y se cree una masa elástica y blandita. Lo ideal es que dejemos el bol en un sitio que no esté frío y que permanezca tapado para que no se seque, durante unas 2-3 horas, dependiendo de las condiciones de nuestra cocina.
  3. Pasadas unas 2-3 horas, o cuando veamos que la masa ha crecido por lo menos el doble de su tamaño, podemos retirar la masa del bol con cuidado y colocarla en una mesa o superficie para trabajar. Precalentamos el horno a 220ºC.
  4. Con un cuchillo o una rasqueta de panadero, dividimos la masa por la mitad. Cogemos una de las dos mitades, la colocamos sobre un papel de hornear y la extendemos con un rodillo para que ocupe más o menos el tamaño de la bandeja del horno. Si nos cuesta estirar la masa podemos ayudarnos echando un poco de harina en el rodillo o debajo de la masa.
  5. Una vez estirada la masa y ayudándonos del papel de hornear, la transferimos a la bandeja del horno. Sacamos el relleno de la nevera y lo extendemos de manera uniforme por toda la masa, dejando un dedo de margen para que no se nos salga el relleno al hornear.
  6. Cogemos la otra mitad de la masa y la estiramos como hicimos con la primera mitad, pero un poco más grande. Este paso es difícil, pero, ayudándonos con el rodillo, tratamos de mover la masa estirada encima de la que ya tenemos con el relleno, tapándola. 
  7. El siguiente paso es sellar bien la unión entre las dos masas para que no se nos abra durante el horneado. Para ello tenemos que ir realizando como tirabuzones a lo largo de los bordes de la empanada, apretando bien. Si nos sobra masa podemos hacer tiras para decorarla. El último paso y más importante es hacer un agujero en el centro de la empanada, ya que es probable que en el horno hierva la salsa de tomate y necesita algún hueco para que salgan los vapores; si no hacemos el agujero corremos el riesgo de que se nos rompa.
  8. Finalmente, podemos pintar la empanada con un poco de leche vegetal (en esta ocasión probé a pintarla con una mezcla de agua y cúrcuma, pero no me acabó de gustar el resultado tan amarillo). Y cuando estemos listos, metemos la empanada en el horno durante unos 20-25 minutos o hasta que veamos que se empieza a dorar. A mí, personalmente, me gusta disfrutar de la empanada fría e incluso del día siguiente, pero entiendo que no os podáis esperar, porque huele de maravilla.
Aquí vemos el resultado de pintarla con agua y cúrcuma… No me termina de convencer.

Por Mario Rodríguez

Creador de Cuchillo Amigo.

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